El pulmón de Albacete ya es centenario. La efeméride tuvo lugar el 23 de febrero, ya que fue ese día de 1911 cuando el entonces alcalde de Albacete, Abelardo Sánchez, plantó el primer árbol que, de manera simbólica, daba el pistoletazo de salida a las obras para construir, entonces a las afueras de la ciudad, una gran zona verde de más de 120.000 metros cuadrados en la que se plantaron 12.000 pinos y otros 400 árboles de otras especies.
Aunque al Parque no le hacen falta homenajes para que esté a rebosar en un día de primavera, ayer estaba hasta la bandera entre los tradicionales viandantes que lo tienen como un referente de sus paseos dominicales y todos aquellos que se desplazaron para conmemorar el centenario con los numerosos actos organizados por el Ayuntamiento. Y es que cada rincón del parque Abelardo Sánchez rezumaba música (no en vano varias agrupaciones musicales del Conservatorio interpretaron piezas por todos sus puntos cardinales, mientras que las charangas recorrían sus principales zonas).
Pero la conmemoración se convirtió también en un homenaje al que hizo posible que Albacete tenga hoy un lugar de retiro en pleno corazón de la ciudad, el que fuera alcalde, pero también periodista y abogado albaceteño, Abelardo Sánchez García.
Ayer toda su extensa familia, nietos, biznietos y tataranietos participaron en un emotivo homenaje presidido por la alcaldesa de Albacete, Carmen Oliver, que culminó con el descubrimiento de un busto en su memoria y la plantación de un árbol (un ejemplar de fotinia). Fueron ellos los encargados de ayudar a la regidora albaceteña a plantar el árbol y a descubrir el busto. En su nombre habló uno de los nietos de este ilustre político albaceteño, Eduardo Cantos, que ensalzó su figura rescatando para ello textos publicados en la prensa de la época y también de reconocidos cronistas.
Cantos reivindicó, en nombre de la familia, que el Ayuntamiento recupere una placa que «hasta hace bien poco» se ubicaba en el actual Museo Municipal «y que alguien de la época reciente ordenó retirar» que los funcionarios municipales entregaron a Abelardo Sánchez hace un siglo como gratitud por haber conseguido que fueran fijos y no cambiaran con cada Corporación municipal.
Durante toda la jornada se repartieron plantas ornamentales a todos aquellos albaceteños que se acercaban junto al Aula de la Naturaleza, mientras que la explanada del colegio San Fernando albergó a algunos de los mejores gimnastas del Centro de Tecnificación.
En sus cien años de vida, el Parque ha sido testigo de excepción de la historia de Albacete. Se estrenó con el nombre de Canalejas, vio desfilar a las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil, tras la cual pasó a denominarse de Los Mártires, y con la llegada de la democracia se cambió su nombre por el del alcalde que lo hizo posible.
De los 12.000 pinos que se plantaron apenas quedan 1.152 (aunque el Parque cuenta con 2.652 árboles inventariados) y de los 120.000 metros cuadrados de superficie, se conservan 106.000.
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